¿No les ha pasado alguna vez? 

Si vemos la vida como una linea que sube y baja, con altos y bajos, podemos saber que estamos vivos y si la viéramos cómo una línea recta, estaríamos muertos. Así son nuestras emociones podemos visualizarlas como montañas con colinas altas y también bajas. Dependiendo de tu estado emocional estarás abajo o en la cima de ella. 

Hoy quiero hablarles de nuestras emociones, de cómo nos sentimos cuando le tendemos la mano a una persona, le brindamos nuestro apoyo con amor a un amigo, a un familiar o a un ser querido y este “no nos valora.”

Que es lo primero que pensamos: 

Lo he escuchado, me he puesto en sus zapatos, lo comprendo, le he dado todas las herramientas, los mejores consejos y no me “valora” ¿será que todo eso fue en vano?

¿Te has sentido identificado/a o similar a este sentimiento?

Es normal que sientas frustración, tristeza y en algunos casos, hasta rabia, pero lo que realmente está pasando y es lo que realmente quiero que observen de donde viene, viene de nuestro EGO. Ese Ego del “me tienes que escuchar porque tengo la solución” y aunque lo hagas de puro corazón sin intensión de salvar a nadie, cualquiera de las dos opciones que practiques, te hace sentir desvalido.  

Ahora te pregunto:

¿Será que la persona estará preparada para escuchar y para cambiar? ¿estás tú, capacitado/a para resolver su asunto ? ¿Es realmente tu asunto? 

Parece que aquello de lo que queremos “resolver” nos afecta, por la no valoración y nos sentimos que está en contra de nosotros, pero eso no es verdad, tenemos que salir de nuestra posición de víctima “no escuchado” a la aceptación de afuera, lo hiciste debes verlo sin esperar nada a cambio, ni la aceptación del otro, sólo enfocándote dentro de tus posibilidades, con responsabilidad hasta donde puedes ayudar, donde no es tu asunto, para que luego se lo entregues al universo y sigas con tu vida y tus proyectos.

Otra “ayuda” también puede ser sólo escuchar y no decir nada, sin intervenir o en buscar profesionales capacitados, trabajar la comunicación asertiva para que los dos se pongan de acuerdo que necesita cada uno, buscar las soluciones para ambos y así para que cada uno se encargue de sus propios asuntos. 

Amar, mostrar pertenencia (estoy aquí para ti), que sienta tu apoyo, decirle lo que significas para esa persona, tener la comprensión y no juzgar ni hacer juicios, son algunas de las herramientas con las que puedes también ayudarla. El amor es tan importante como el trabajo de un profesional, porque somos seres que nos movemos por emociones y el amor es una pieza fundamental para cualquier cambio.

8 Maga